6.- Uso adecuado de Cánulas Nasales

Abril 2015


 

 

6.-  Uso adecuado de cánulas nasales

 

 

El uso de cánula nasal a alto flujo genera un aumento de la presión de la vía aérea, similar a la generada con los sistemas que entregan CPAP nasal. Este nivel de presión en la mayoría de los casos no es posible precisar y pudiera llegar a rangos peligrosos (10 cm de H20), provocando severas complicaciones por escape aéreo.

Existen actualmente cánulas nasales a alto flujo que entregan el aire tibio y húmedo, lo cual permite evitar el daño de la mucosa nasal, pero no es posible evitar el daño causado por el aumento inadvertido de la presión en la vía aérea, motivo por el cual no debiera masificarse su uso.

Hay un tipo de naricera comercializada actualmente, que entrega el aire tibio y húmedo, aparece en la literatura reciente con la sigla HHHFNC, que según el fabricante permite limitar la presión, pero no hay evidencia suficiente al respecto que la haga segura de utilizar en prematuros. Para su funcionamiento requiere flujo alto ( > 2 lt x min ) de lo contrario se condensa el sistema y obstruye. A pesar de los beneficios en evitar el daño de la mucosa nasal, no es segura para utilizar en recién nacidos debido a los altos flujos que requiere para su buen funcionamiento, lo cual podría generar altos niveles de presión en la vía, que están relacionados además del flujo, con el tamaño del recién nacido y el tamaño de la cánula a utilizar. Es importante esperar más información de la literatura, donde sean evaluadas, con un sistema de válvula efectivo que permita limitar la presión y evitar complicaciones asociadas a barotrauma, ya que estudios con limitado número de pacientes sugieren beneficios en el manejo del SDR, similar al efecto de CPAP nasal.

 

Efectos adversos descritos, con el uso de cánula nasal simple a alto flujo:

 

Utilidad de la cánula nasal simple en recién nacidos:

 

Tablas 1 y 2

 

 

 

 

Conclusiones:

 

Bibliografía:

  1. Pediatrics 2005;116;857-861

  2. Neonatology 2012; 102: 300-308

  3. Pediatrics 2013; 131 ( 3): e 939-44

  4. J Pediatric 2013 ; 162 (5): 949-54

  5. Pediatrics 2013 May; 131 (5): e 1482-90